La Biblioteca Caranday es un espacio cultural de la cooperativa CEMDO, de Villa Dolores, que funciona desde el año 2002, en el edificio de este Centro Cultural Cooperativo. Desde este espacio se trabaja con la convicción de que las bibliotecas pueden aportar mucho en este momento desde acercar a los adultos a leer -mediado por tecnologías- y la lectura en hospitales. Desde el inicio de la cuarentena sostienen el programa «Leer en casa» acercando a docentes y estudiantes materiales liberados en este tiempo por editoriales, autores y bibliotecas. Dialogamos con la escritora Gabriela Bayarri, bibliotecaria de este espacio.

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Por Myriam Mohaded *

Si bien la biblioteca se creó con el fin de brindar a los socios un servicio ligado a la promoción y difusión de la lectura, fue creciendo en cantidad de socios y de libros, por el aporte de vecinos que de manera permanente realizan donaciones. Entre los objetivos iniciales fueron contar con literatura infantil y juvenil, tener un lugar especial para las obras de los autores locales y regionales y crecer en bibliografía específica sobre cooperativismo.

Actualmente, tiene más de cinco mil títulos de diversos  autores del mundo, géneros, temáticas y disciplinas. Las novelas, poesías, relatos y cuentos brindan a los socios de la biblioteca posibilidades infinitas a la hora de elegir sus lecturas. De intensa labor cultural, este espacio con múltiples propuestas como las «Bibliotecas Ambulantes», destinadas al trabajo áulico en las escuelas, visitas didácticas, y actividades de gestión cultural  -participan activamente en la Feria del Libro Villa Dolores y el Festival de la Palabra-, hoy sostiene nuevas propuestas para brindar servicios y leer en casa. Gabriela Bayarri, trabajadora de este espacio nos cuenta su quehacer en la biblioteca en tiempos de cuarentena. 

-¿De qué manera vienen llevando la cuarentena en la biblioteca de Cemdo?

A partir de las medidas que iban tomando otras bibliotecas, como la Biblioteca Mayor de Córdoba, y las populares, que suspendieron la atención al público por la pandemia, y con asesoramiento que solicitamos a especialistas de ABGRA (Asociación de Bibliotecarios Graduados de la República Argentina), se resolvió suspender la atención al público e implementar un programa que llamamos «Lecturas en Casa». La propuesta que venimos llevando adelante, consiste en poner al alcance de lectores y docentes, a través de nuestra página en Facebook, lecturas de todos los géneros, mediante links de editoriales y escritores que han liberado sus títulos; bibliotecas del mundo y populares, grupos de lectores que han surgido de estas circunstancias, en fin es muchísimo el material que circula. Nosotros realizamos una selección para ofrecer variedad, y accediendo a esos links se pueden descargar libros digitales, hay lecturas en video y audiotextos. También estamos publicando cuentos en vídeo con niños, que se suman a la propuesta con la ayuda de los padres. Hoy se puede encontrar mucho material en las redes.

– ¿Qué aspectos cambiaron y crees que se van a modificar?

Lo que cambió fue que el papel y el cartón son portadores del virus, que puede llegar a permanecer entre cuatro y cinco días. Entonces, por ahora, no puede circular de mano en mano este objeto cultural físico que es el libro. Tal vez logremos un mayor acercamiento de las personas adultas a la lectura a través de las tecnologías, que los jóvenes ya vienen haciendo. Hay cierta resistencia al libro digital, pero la tecnología nos brinda hoy posibilidades infinitas para acceder al conocimiento.

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– ¿En qué pueden aportar las biblios a este momento?

Creo que las bibliotecas pueden aportar y mucho. Fundamentalmente en acompañar a las familias, a tomarse ese momento de lectura en ronda, como un tiempo de recreación, de juego, de imaginación, de alegría y asombro. También imagino que en un hospital se puede generar la lectura, leer te conecta con lo humano, eso de lo que nos hemos distanciado en la vorágine cotidiana que llamamos “vida moderna”. Creo que todas esas emociones nos están haciendo mucha falta ante el aislamiento y una lectura, por breve que sea, te puede modificar el estado de ánimo del día.

–   En este contexto ¿cómo  ves tu trabajo a futuro?

Pienso que el teletrabajo deberá considerarse como una nueva modalidad y estilo de vida. Creo que lo mejor es vivir el tiempo presente, el ahora, es lo único que tenemos, muchos aprenderán que el dinero por sí mismo no sirve de nada; abordar este tiempo como una etapa en que algo está en decadencia y habrá un renacimiento. Los orientales afirman que cada crisis es una oportunidad, y creo que es la mejor manera de afrontar las circunstancias.

Fotografía: Gentileza Biblioteca Caranday.

*Periodista.

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