Las bibliotecas – populares, escolares, públicas,- como muchísimos espacios y manifestaciones dentro de la cultura se vieron casi paralizados por las medidas de distanciamiento social, preventivo y obligatorio. Hoy, conversamos con Ivana Reynoso, bibliotecaria de profesión, referente de la Biblioteca Popular «Julio Cortázar» y trabajadora de una biblioteca escolar.
Por Myriam Mohaded (*)
– ¿Cómo se piensan las bibliotecas hoy?
En relación a este escenario, en primer lugar, nos está resultando difícil replantearnos o pensar a futuro. Lo que sí nos dimos cuenta es acerca del profundo arraigo y necesidad que aún hay de tener los libros en papel en las bibliotecas. Justamente en este momento en que abundan las propuestas on line donde incluso nos hemos puesto en esa línea de trabajo acerca de cuáles son los consejos de lectura, qué se puede proponer, etcétera, vemos que en realidad, sobreabundan actividades y consejos que se pueden dar, pero la mayoría de las veces no encontramos on line ese material con el que queremos trabajar. Uno piensa muchas veces en textos, libros de diferente tipo pero que no lo tenemos en casa y claro nos preguntamos cómo acceder a ellos. Entonces, por un lado valoramos esa gran cantidad de libros que guardan los estantes de nuestras bibliotecas a la espera de que los lectores y lectoras los lleven. Y, de la mano de esto, pienso que ese fantasma que reaparece cada tanto de que van a desaparecer los libros en papel, por el momento, estamos lejos de que eso suceda.
– ¿Cómo es tu experiencia en el ámbito de la biblioteca escolar?
Las actividades que proponemos desde las bibliotecas escolares se organizan según lo niveles de aprendizaje. Básicamente tratamos de que no sean actividades obligatorias que tengan un carácter diferentes a lo que mandan las maestras o profes. De lo que se trata es que lo que se elija leer sea sin obligaciones. En relación a este contexto de quedarse en casa hay ciertas actividades que pensamos con dinámicas que involucren a toda la familia sobre todo para el nivel inicial y primaria y para el secundario tratar de discenir entre las diferentes ofertas on line, o paginas que han abierto algunas descargas de libros.
Justamente, acá aparece nuestro rol como bibliotecarios ,de mediadores entre el libro – cualquiera sea su formato- entre esas lecturas y los trayectos que están teniendo por ejemplo los adolescentes, cómo podemos guiar, aconsejar, llegar a diferentes horizontes de lectura siempre teniendo en cuenta de ir armando las actividades o sugerencias para que no sea un momento obligado. Que se lea y pueda compartir sin obligación. El momento del juego llega siempre después de la lectura y ayuda a distender todo lo que está pasando.
(*) Periodista
Fotogrfía: Gentileza Biblioteca Popular Julio Cortazar.
Nota: Algunas de estas reflexiones fueron vertidas para el programa «Ciudades Visibles» de radio Eterogenia, donde el Centro de Documentación articipa del espacio radial.