El escritor cordobés  Omar Hefling presenta este martes 10 de septiembre a las 19 horas en el Centro Cultural España Córdoba el libro “Los boleros de Cursimé Lancolía”, que reúne parte de la obra de este enigmático personaje de la cultura.

Por Gastón Klocker 

El mundo literario guarda vastos misterios que, además de las infinitas historias que posee en su interior, otorga un sinnúmero de circunstancias y eventos que lo hicieron posible. Los recorridos de las obras hasta llegar a nuestras manos son impredecibles, particulares y, a veces, desconocidos, guardando un íntimo vínculo entre el autor, su obra y las experiencias vitales. De esta manera, algunos materiales no pueden ser entendidos sin prestar atención a las condiciones en las que fueron gestados, pero, sobre todo, y en este caso inmediato, sin tener en cuenta la intervención de personas que hicieron posible su aparición.

La figura del mediador aparece de manera elocuente, y no pretendemos centrarnos en la industria, el mercado o la búsqueda del rédito económico, o en la figura del editor, sino en la esencia del discípulo, fanático, mecenas, que nos acerca una producción que permitirá, muchas  veces, seguir en robusteciendo nuestro conocimiento, con pequeños grandes gestos que constituyen al pensamiento histórico y contemporáneo, que exceden a la propia edición, producción o recepción de un libro, y que se materializa en este caso, con la intervención clave de un mensajero, en este caso, literario.

“Una noche, no recuerdo la fecha, el recopilador de mis versos me conminó a pensar un texto a fines útiles de engañar lectores que, a veces, se aproximan a los libros leyendo esas reseñas que se escriben en las contratapas. Me lo dijo en términos poco amigables, mientras mirábamos una jornada internacional de boxeo”,adelanta el poeta Cursimé Lancolía en un fragmento de su obra recopilada por Omar Hefling en “Los boleros de Cursimé Lancolía” (Alción, 2019). La figura del mediador es más que relevante en la historia del pensamiento y no existen espacios para aglomerar todas estas experiencias, sin embargo, vale recordar algunas situaciones puntuales que nos ayudarán a repensar la magnitud de estos gestos, y a reflexionar sobre qué podría suceder con la obra de Lancolía.

Portada Cursimé Lancolía*

Max Brod, escritor, periodista y editor checoslovaco, publicó obras literarias ajenas tras la muerte de su amigo Franz Kafka, contradiciendo el pedido de expreso del autor, que había especificado que los materiales debían ser destruidos. La intervención de Brod hizo posible la aparición de obras como “El proceso” (1925), “El castillo” (1926) y “El desaparecido” (1927), en una acción que Jorge Luis Borges describió como “el acto de desobediencia más agradecido en la historia humana», en un manuscrito que hoy se encuentra resguardado en el Museo Franz Kafka en Praga.

“Siempre me han preguntado porque no cumplí su deseo. En primer lugar, no fue una petición formal. En segundo lugar, le dije una y otra vez: si piensas que voy a destruir tus cosas, estás equivocado. En tercer lugar, el año antes (de su muerte) él mismo entregó cuatro relatos para que fuesen publicados e incluso en su lecho de muerte, corrigió sus primeras páginas. Yo terminé ese trabajo, pero las primeras hojas que están en mi poder, las corrigió personalmente. En mi opinión, esa petición es la consecuencia de una depresión temporal y no debe ser considerada su ultimo deseo y su última voluntad”, aseguró Brod en 1968.

“Si es que alguna vez estas palabras llegan a ese lugar, tal vez el más leído de los libros que se editen, el recopilador habrá cumplido con su promesa. Y yo, Cursimé, habré errado en mi pálpito de ser una vez más estafado por un poeta. Sí, debo decir para ser sincero, que lo percibí honesto, pero con muy poco talento. Y esa ecuación suele ser propicia para la estafa”, agrega Lancolía, en un rapto de injustificada desconfianza hacia la figura de Hefling, autor de una decena de libros entre literarios y periodísticos, como “Modelo Cordobés: Nuevo Menemismo” (2002, en coautoría con David Buccini), “Palabras de imaginante” (Alción, 2010) y “3X1” (Antiplan, 2016).

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“Lo que me proponía esta señora era absurdo. No se trataba de que ella hubiera escrito un par de capítulos de una novela y quisiera asistir a mis clases. Quería que yo leyera una novela que había escrito su hijo (ya muerto) a principios de la década de 1960. ¿Y porque iba a querer hacer yo tal cosa?, le pregunté. Porque es una gran novela, me contestó ella”.

La breve cita corresponde al prólogo de Walter Percy a “La conjura de los necios” (1980), libro póstumo de John Kennedy Toole. Fue la insistencia y el entusiasmo de Thelma Toole, madre del autor que, para recuperar la memoria de su hijo, dio a conocer su única obra, que el libro consiguió, luego del gran interés de Percy, la Universidad Estatal de Luisiana y una primera camada de lectores, el Premio Pulitzer de Ficción en 1981, y el posterior éxito en ventas, que lo convirtieron en una obra de culto de la literatura estadounidense.

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Mas cerca geográficamente, podemos citar algunos casos relevantes que recorrieron el campo literario autóctono, a través de obras de poetas cuyas existencias no pasaron la barrera de la fantasía, pero que sí, aceptamos el juego que nos propone la literatura, se convirtieron en voceros de un tiempo a través de la mano salvadora de sus discípulos, otrora poetas y escritores, que nos dieron a conocer sus pulidas o embarradas prosas.

Es el ejemplo de Juan Gelman que en 1969 publicó su sexto libro “Traducciones III. Los poemas de Sidney West”, en un juego delirante, en el que el autor inventa a un poeta estadounidense, al que le atribuye los poemas que él dice estar traduciendo, misma operación que realizaría con John Wendell y Yamanocuchi Ando en “Cólera Buey” (1971). O el caso de Roberto Fontanarrosa, recuperando la figura de Ernesto Esteban Etchenique, un desopilante referente de la literatura rosarina, dedicado a los aforismos, que regalara en sus páginas reflexiones de gran talla:

El imbécil que se da cuenta de su condición no lo es tanto.

El hombre rutinario se alegra hasta de la imprevista piedra que le parte el cráneo.

Para el tallador de diamantes, sencilla es la tarea de amasar ravioles.

Pudiendo escribir aforismos… ¿Por qué escribir el Quijote?

El rescate de Etchenique, aparecido principalmente en “El mayor de mis defectos y otros cuentos” (De la Flor, 1990), «Nada del otro mundo» (De la Flor, 1990) y “Una lección de vida y otros cuentos” (Planeta, 1999), se suma al reconocimiento a dos poetisas, Noemí Prana de Tetúan y Sara Susana Báez, que engalanan las páginas de otros libros del rosarino. “Después de todo, mi suerte estaba echada, con mi obra en sus manos, sólo me quedaba confiar. Y confiar en el otro es la única esperanza que nos queda a los poetas que pasamos por este mundo… con la certeza de que seremos omitidos de la historia”, concluye Cursimé Lancolía, ignorando el destino de su mensajero y el devenir de su obra.

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Se ignora aún si Lancolía pertenece al primer grupo, junto a Kafka y Toole, que tuvo el privilegio de contar con la ayuda de un mediador que nos acerca su obra, o si perteneció al segundo grupo, junto a West y Etchenique, cuya completa existencia surgió de la imaginación del escriba; y se desconoce también el grado de modificaciones con que Omar Hefling intervino esta obra. La cita en el Centro Cultural España Córdoba (Entre Ríos 40) el próximo martes 10 de septiembre a las 19 horas será la ocasión propicia para que el escritor canalsense devele el misterio (o no). En la presentación del libro acompañarán al autor: Juan Maldonado (Alción Editora) y el escritor Jorge Requena. Habrá intervenciones en vivo de Selene Cráteres (dibujo), Juan José “Toto” López (textos) y Gonzalo Biffarella (sonora). El cierre musical estará a cargo de Chico Parany.

 

De Omar Hefling

Omar Hefling

Nació en Canals, Provincia de Córdoba y reside en la ciudad. Actualmente desarrolla tareas periodísticas como director de contenidos de Radio Eterogenia, del Centro Cultural España Córdoba. Como periodista colaboró en los diarios La Voz del Interior, diario Córdoba, Página 12 Córdoba, La Mañana de Córdoba y en las revistas Aquí Vivimos, Papeles de Córdoba, Umbrales, El Porteño y el portal la Docta.com. Fue responsable de la sección cultura de la revista Informe Córdoba. Editor junto al periodista David Buccini del diario informecórdoba.com. Hasta diciembre de 2006, editor de política y economía del diario Reporte 15 minutos.

Premios Literarios

-Primer Accésit del premio “Aula de Poesía Española, Antonio Machado 1984”, otorgado por la Embajada de España.

-2do Premio de Ediciones Culturales Argentinas 1985- ECA-, otorgado por la Secretaría de Cultura del Ministerio de Educación y Justicia de la Nación.

-1ra. Mención, categoría cuento humorístico, Concurso de Cuentos Breves Córdoba- Macowens- 1997.

-Concurso de cuentos sobre futbol organizado por el Instituto Goethe- Municipalidad de Córdoba 2005. Seleccionado para una edición colectiva.

-Tercer premio concurso provincial de periodismo Rodolfo Walsh 2008 junto a la politóloga Cecilia Carrizo.

Libros Publicados

– “Poemas para que leas”-Poesía- 1985.

– “Precaución Poemas”- Poesía- Editorial ECA. 1988.

– “Las baladas del corazón rojo”-Relatos- Ediciones Opolop- 1993.

– “Mujeres voladoras”- Relatos- Ediciones Opolop- Recopilación de relatos publicados en Página 12- Córdoba- 1995.

– “Los Poetas de Acá”- Antología publicada por Página 12 Córdoba- 1993.

– “Cuentos de la Prensa”, Antología Edición Ediciones del Boulevard- 1998.

– “Cuentos de Córdoba”- Obras premiadas del concurso Córdoba- Macowens- 1998.

– “El libro de las peligrosas insignificancias” 2001- De- Narvaja Editor

– “Modelo Cordobés: Nuevo Menemismo”, junto a David Buccini- (Periodismo de análisis e investigación) 2002.

– “Once al área” (relatos sobre fútbol) Goethe Institut- Municipalidad de Córdoba.

– “El escritor Oculto” relatos- Alción Editora- 2009

– “Palabras de imaginante” poesía- Alción Editora- 2010

– “3X1” – Antiplan-2016.

– Il messi calvinista, l¨interprete della lezione americana – Traducción al italiano- Roma. 2017.