En un diálogo ameno con Facundo Seara, escritor y profesor de Historia de la U.N.C., en el Centro de Documentación, realizó un repaso de sus investigaciones históricas y comentó su último libro “Por la camiseta”. El primer tomo de una trilogía que busca reivindicar equipos del fútbol cordobés de las décadas del 60’ y 70’.
Por Patricio Mazzucco(*)
– ¿Cómo fue tu trabajo del último libro “Por la camiseta”?
Fueron tres años de laburo, investigación, de los cuales un año y medio realicé un trabajo heurístico con las fuentes de información. Estuve acá en el Cispren y también en los archivos de la Legislatura y del Arzobispado buscando y completando, en base a los datos periodísticos de la época, la campaña de once equipos de la ciudad de Córdoba.
Mi idea fue mostrar lo que considero la etapa dorada del fútbol cordobés, que tampoco es algo taxativo. Entre 1960 y 1979 considero que en ese espacio temporal el fútbol de Córdoba fue muy importante. ¿Cómo lo mostré? A través de los clubes de Córdoba en general, sin ningún tipo de distinción entre Talleres o Villa Siburu -de la cuarta categoría de Córdoba-. En ese período del 60’ al 70’ había cuatro categorías de fútbol: La Primera A, la Primera B, la Segunda Ascenso y la Tercera Ascenso. Indudablemente la propuesta era poder exponer el fútbol cordobés en su complejidad, mostrar en un libro a Talleres y Palermo del barrio San Vicente, darle a ambos la misma importancia.
– Muchos clubes de esa época desaparecieron…
Exactamente, en mis trabajos, tanto “Por la camiseta” como en “Candelaria Sud, pueblo de tradición” hay un punto de encuentro que es poder mostrar el «lado B» de las cosas, darle voz desde la historia e igual importancia a todos los clubes.
– ¿Qué sentiste al presentar tu primer libro “Clubes de Córdoba”?
La verdad es que para mi viejo y para mí fue un laburo que nos marcó muchísimo. Recuerdo como si fuera hoy ese 8 de Agosto de 2014, cuando realizamos la presentación en el Auditorio de Radio Nacional Córdoba.
Más allá de la gente que fue, y la experiencia vivencial, ver plasmado cómo después de cuatro años y medio de tanto esfuerzo, trabajo y dedicación, se concreta el objetivo, es algo muy gratificante ver algo que uno ideó y luego sale de una imprenta.
– ¿Te dio un poco de miedo?
Indudablemente , soy profesor de Historia y me dedico a la investigación de manera profesional, siempre se está abierto a las críticas y a las devoluciones, en esa dinámica uno comprende. Tanto en “Clubes de Córdoba” como en “Por la camiseta” existieron críticas bien intencionadas y también mal intencionadas. Generalmente esto pasa en todas las áreas laborales, creo que los más laxos a la hora de emitir un juicio de valor sobre algún tema no necesariamente implica que tengan coherencia. Cuando escucho una persona relacionada al tema tengo en cuenta su apreciación.
– ¿Qué te llevó a escribir “Por la camiseta”?
Creo que es una forma de militar, tanto en “Clubes de Córdoba” y en “Por la camiseta” hay una cierta lógica de investigación en la que no se persigue una finalidad academicista sino que busca un espacio de divulgación y de compromiso. Pienso que más allá del fútbol y los clubes que son los protagonistas, hay un factor importante que son las causas, las causas nobles, y está bueno traerlas al presente.
Los grandes medios de comunicación no le prestan la debida atención a los clubes de barrio, en mi caso pretendo mostrar a todos los clubes en pie de igualdad, como lo hice e“Clubes de Córdoba” y el primer plantel destacado en el libro es el Club Atlético y Recreativo Los Incas de la localidad de Achiras, está en primer lugar por una cuestión estrictamente alfabética, no hay ningún tipo de distinción ya sea Belgrano porque tenga más socios u otra característica que merezca tener preponderancia en mi trabajo igual que Almirante Brown de Malagueño o que Libertad. Busco presentar a todos los clubes por igual, en “Por la camiseta” el primer club es Central Norte y el último es Talleres porque está estructurado cronológicamente.
– ¿Ese sería el objetivo último de tu libro? ¿Medir a todos los clubes con la misma vara?
Sí, poder problematizar el razonamiento que predomina hoy en día que considera que los únicos clubes de Córdoba son Talleres, Belgrano e Instituto y más abajo Racing, Juniors y Las Palmas. Desconocemos la historia reciente del fútbol, hace 40, 50 años atrás (número insignificante históricamente hablando) clubes que ya desaparecieron como Lavalle del barrio San Vicente, llevaba más gente que Belgrano, Talleres o Instituto, por ejemplo Talleres del 77′ tenía que sudar la gota gorda para ganarle a Villa Azalais.
Luego de la reestructuración del fútbol de ascenso en la que se le da una plaza fija a Talleres, Instituto y otros clubes considerados grandes a regañadientes de los demás equipos hizo que la Liga Cordobesa como todas las Ligas del Interior vayan perdiendo vigencia y rigurosidad. Antes quien triunfaba en la Liga adquiría el derecho de jugar en los viejos Torneos Nacionales, era mucho más democrático, casos como Chaco For Ever llegaba a jugar contra Boca Juniors, era una forma diferente de organización, los clubes ponían toda la carne en el asador, si bien Talleres y Belgrano dominaron de manera alternada e Instituto en algunas etapas, no era tan sencillo.
Podríamos decirle a alguien, “che vos, que desprestigias el club que tenés al lado de tu casa, Universitario, hace 50 años atrás estaba palo a palo con los grandes de acá, Nahuel Bustos podría estar jugando contra los muchachos de la Liga” mi idea es poner el foco en eso.
-¿Por qué considerás que las décadas del 60′ y 70′ fueron las más emblemáticas del fútbol cordobés?
Es una definición subjetiva. No realicé un análisis de afirmar para mí «es mejor que la década del 30”. El corte metodológico fue por voluntad propia, creo que había tres características que evidenciaban fácticamente lo que pienso. Por un lado, la capacidad dirigencial e institucional, producto de una comunidad vinculada con los clubes, hace que los dirigentes mejoren. Por otro, el acompañamiento popular, la gente iba a la cancha, cuando uno ve las fotos de las canchas de la liga estaban todas repletas. Yo soy hincha de Juniors y el club no es identificado por llevar mucha gente, sin embargo tenemos un estadio con capacidad para 17 mil personas, y eso es así porque antes había una demanda.
Y, por último, la capacidad de los jugadores. Hay una cuestión marcada de los grandes fenómenos del fútbol cordobés. En la actualidad se prioriza el concepto de lo físico por sobre lo técnico. Hace 50 años si no eras bueno, no jugabas. Hoy si no tenés un físico destacado no podés jugar o son muy pocos los casos. Esto se debe a que el fútbol está profesionalizado, los jugadores ganan mucha plata por esto y sólo piensan en entrenar. En cambio, quienes jugaban entre los años 60 y 70 tenían que laburar aparte, mantener una familia.
El periodismo argentino no se enfoca en el concepto de juego, soy bastante crítico con eso, no me banco los cánones hegemónicos de la sociedad, los periodistas en muchos casos son obligados a hablar de temáticas más faranduleras. Por eso, la idea del libro fue mostrar «el otro lado», recrear a través de las crónicas deportivas de aquella época cómo funcionaban los equipos, sin apelar a grandes archivos fotográficos ni a videos, solamente recurriendo a la escritura de los periodistas que fue lo que más disfruté en la investigación. Por ejemplo, empleaban palabras como “goalkeeper”, “insider”,”centrofóbal”, es interesante notar en cuanto al léxico cómo se van criollizando las palabras anglosajonas. La idea fue dejar el amarillismo de lado y entender al fútbol desde el juego. Belgrano en esas décadas vendió a dos jugadores al Barcelona. ¡¿Te imaginás que en la actualidad venda dos jugadores al Barca?!
– Y eso que pareciera que en la actualidad es más sencillo emigrar…
Así es. En la década del 60’, era prácticamente imposible irse a Europa. Tenías que tener chapa en la Selección Argentina del interior que hizo César Menotti, porque antes de él la Selección Argentina era casi sólo Buenos Aires. Muchos jugadores después de haber disputado ya sea un Panamericano o un encuentro con la selección podían ser vistos, pero no mucho más que eso. Antes, era algo mucho más complicado, y aún así el fútbol cordobés estuvo a la altura de las circunstancias y es algo extraordinario.
– ¿Qué fue lo que más te sorprendió en los encuentros con exfutbolistas, dirigentes, historiadores?
Cuando se realiza un análisis más exhaustivo de datos de los diarios de época, nos detenemos en la sección de deportes. No vamos a negar que nos interesa más esto que la política internacional. No somos grandes eruditos, somos más bien populares y al ver la sección de deportes y ver cómo escriben los periodistas, cómo trasmiten una idea, te das cuenta que existía una sociedad veinte veces más instruida que la de hoy y me atrevo a defender plenamente ese concepto.
De manera paralela al trabajo duro de investigación, llevo más de 65 entrevistas realizadas y hablé con gente que en su mayoría no tienen educación formal, son contados con los dedos de la mano. Sin embargo, poseen un léxico, un respeto y una forma de comunicarse que nada tienen que envidiarle a quienes tienen posgrado, y no estoy exagerando. En términos de Gramsci era otra la hegemonía que había, no quiero decir que todo tiempo pasado fue mejor, pero indudablemente si escuchabas lo que se decía, si leías esas crónicas uno descubre herramientas que hoy en día se están perdiendo. En relación al tema de la fotografía también, lo que mostramos en el libro es un arte de época. Todas las fotos eran en blanco y negro, y el color que se les ve es porque están pintadas. Quizá fotógrafos o alguien que se dedicaba especialmente a eso lo hizo así y me parece un arte hermoso y muy distintivo. Es un poco triste que casi ningún club tenga registros de su pasado, algunos tienen trabajos de investigación, libros publicados pero institucionalmente la cuestión histórica está en el último lugar del estante.
– ¿Cómo se comportaron los clubes con vos? ¿Te abrieron las puertas sin tantas complicaciones?
En “Por la camiseta” me manejé por fuera de los clubes a diferencia del trabajo de “Clubes de Córdoba”, que noté muy buena predisposición de las instituciones para facilitar lo que necesitábamos, y en algunos casos un poco de resquemor. Llegar con mi papá a diferentes pueblos de 500 habitantes a escribir sobre historia era raro para ellos. Además en este trabajo no hubo ningún tipo de aporte privado ni público, lo solventamos nosotros, nos demandó años y lo hicimos con pasión.
Mucha gente nos decía: “están locos ustedes”. Algunos clubes se negaron a participar de los encuentros que propusimos a pesar de nuestra insistencia, y al ver publicado el libro se preguntaban por qué no estaban. De igual manera fueron excepciones, en la mayoría de los casos siempre hubo buena predisposición. Y nosotros, con mi viejo, somos muy obsesionados por el fútbol.
– Esta pasión y obsesión por el fútbol.. ¿se la debés a tu papá?
Sí, se la debo a él. Yo desde que tengo uso de razón voy a la cancha, recorrí bastante Argentina porque yo soy del 91’ y de General Paz Juniors que, a partir de ese año y hasta la fecha, siempre participó en torneos de AFA. Por eso, tuve la posibilidad de acompañar bastante al club, me dio un sentido de pertenencia muy grande. En un plano más bien psicológico, creo que es una respuesta al laburo que hago porque desde lo económico no se comprende. He amortizado los costos pero no responde a una lógica economicista racional y también porque quizás fue porque me críe en Río Ceballos.
– ¿Qué proyectos tenés a futuro?
Tengo ganas de completar esta trilogía de “Por la camiseta” y presentar el año que viene los dos tomos restantes, que de hecho están terminados. Yo los trabajé de manera particular, cada capítulo de forma separada, Central Norte por un lado, Talleres por el otro y así sucesivamente. Cuando tenía terminado el trabajo de estos tres años de investigación junté las partes, algo que fue bastante complicado. También, cuando termine lo referido a las publicaciones, tengo pensado regresar a la zona de los Balcanes, donde estuve el año pasado y también deseo en algún momento vivir en el Este Europeo.
– ¿En un futuro te gustaría formar parte de la dirigencia o estar involucrado institucionalmente con el club General Paz Juniors?
Tuve propuestas que me interesaron en Juniors, pero como decía Ortega y Gasset “yo soy yo y mis circunstancias”, y las circunstancias actuales del club no son del todo alentadoras en lo macro. No quiero ser fatalista, motivarme me motiva pero el contexto general está complicado. También uno piensa, ¿por qué no? Habría que repensar el club de manera integral, hacer un proyecto general y manejarse mejor. Por mi parte con los trabajos de investigación, con el laburo y otras cosas más hace que tampoco tenga los espacios temporales para tamaña tarea. Pero uno siempre está y acompaña las actividades que se realizan.
(*) Estudiante de la FCC que realiza su Práctica de Aprendizaje.
Fotografía: Jorge Zanotto( Estudiante de la Tecnicatura de RR.PP – FCC que realiza su práctica de Aprendizaje)