En el marco de la jornada sobre el trabajo en red en bibliotecas, la bibliotecóloga Marisa Ábalo realizó una capacitación sobre discapacidad e inclusión en espacios de lecturas, donde destacó la necesidad de informarnos y adquirir recursos y herramientas para una buena y mejor comunicación con quienes poseen Trastorno del Espectro Autista (TEA) a los fines de garantizar mayor accesibilidad y ampliar derechos.
Por Myriam Mohaded*
Marisa Ábalo es licenciada en bibliotecología y documentación por la Universidad del Museo Social Argentino. Es una de las coordinadoras de Unired, responsable del servicio «Brincar Escucha» y co- coordinadora de la Red de Apoyo a familias de la Fundación Brincar por un autismo feliz. En el contexto del encuentro se refirió a la temática, haciendo especial hincapié en el vínculo de las bibliotecas y las personas con discapacidad, en especial, quienes poseen TEA.
– Desde tu perspectiva, ¿cómo se encuentran las bibliotecas para recibir a las personas que poseen trastornos del espectro autista?
En general, las bibliotecas están haciendo un largo camino, se están aggiornando para que las personas con diferentes tipos de discapacidad – motoras, mentales u de otro tipo- puedan acceder a ellas. En relación al autismo hay bastante desconocimiento pero esto no es solo en el ámbito bibliotecológico o de las bibliotecas, sino en la comunidad toda.
Una de las grandes barreras que dificultan la accesibilidad y los derechos de las personas con autismo en la sociedad es el desconocimiento y la desinformación que hay respecto de qué se trata el autismo. Muchas veces sucede que hay quienes leen en algún lado o ven películas, pero el tema pasa por otro lado, y es por un montón de aspectos que no nos percatamos, porque no son visibles ni notorios. Esto hace que no tengamos un conocimiento acabado de qué se trata. Tampoco es ser especialistas, pero sí tener una mirada más abierta, empática, para brindar más servicios y acompañarles en cualquier ámbito. Uno de ellos es la biblioteca.
– ¿Qué lugar ocupa la comunicación en la construcción del vínculo?
Es fundamental porque las personas con autismo tienen distintas formas de comunicarse. El lenguaje hablado es una de ellas, pero también hay mucho lenguaje no verbal y se pueden emplear otras herramientas como, por ejemplo, los apoyos visuales, o bien soportes por la vía tecnológica, tableros, etc.. La comunicación es importante porque podemos decir lo que pensamos, queremos necesitamos, y así poder llegar al otro de la manera más apropiada.
¿Qué recursos y herramientas se sugieren emplear para incorporar el trabajo en estos espacios?
En primer lugar, tomar conocimiento, informándonos, para saber de qué se trata. Después, hay numerosos materiales y recursos bibliográficos abiertos para incorporar en el trabajo que se pueden descargar como los que ofrece la fundación Brincar para un autismo feliz que tiene archivos liberados sobre la temática; cuadernillos cuyos destinatarios son las familias, educadores u profesionales que trabajan con el tema y pueden hacerlo con juegos, artes, lecturas, etcétera.
Además se pueden hacer intervenciones, como por ejemplo, una caja sensorial con elementos que puedan usar las personas con autismo, sobre todo cuando están con ansiedad, o bien para trabajar la motricidad fina. También trabajar con libros, materiales de la colección de lectura fácil o lenguaje sencillo, que es más comprensible y accesible para quienes tienen algún tipo de dificultad y/o desafío.
Habilitar la lectura fácil o el lenguaje sencillo es facilitar el acceso a la información que es uno de los motivos de las bibliotecas. Además, está en relación con lo que dice la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, en su artículo 2 ya que incluye los lenguajes, el Braille, la comunicación táctil, los sistemas auditivos, el lenguaje sencillo, en fin, varios más que pueden incorporarse como recursos a las bibliotecas.
También se pueden hacer intervenciones en los servicios de los distintos espacios como, por ejemplo, pensar en adaptar algún formato de los catálogos para que no tenga tanta información, de esa manera la persona puede ver el catálogo de una obra no tan recargado. O, por ejemplo, en las bibliotecas más grandes – públicas, populares, universitarias- en determinadas franjas horarias en las que pueden venir muchas personas a la vez y quizá resulte un tanto abrumador para las personas del espectro, recordemos que tienen muchas veces problemas de socialización, quizá sea oportuno tener una propia sala. El tema es hacer una entrevista uno a uno, de manera tranquila, y que no haya tantos estímulos de ruidos, olores u de otro tipo.
*Periodista.