Con inquietudes y entusiasmo, esta semana nos visitaron adultos mayores que participan del Taller “Memoria, sonidos y emociones” en el Centro de Jubilados “29 de Junio” de Villa Los Llanos de Estación Juárez Celman, coordinado por la periodista Pate Palero.
Por Myriam Mohaded
Lejos están ellos de pensar que un banco de una plaza es el lugar por naturaleza para visitar por las personas adultas mayores. En una combi, llegaron los y las participantes del taller que, para algunos , era la primera vez que asistía a un espacio cultural de este tipo. Estuvieron presentes en la jornada son: Héctor Heredia, María Dalmira Molina, Fermina Casas, Miguel Ángel Aguirre, Froylan González, Jacinta Aguilar, Nilda Zárate, Victoria Gómez, Carola Chico, Adolfo Zárate, Luisa Corregidor, Mercedes León y Juana Vergara.
El diálogo irrumpe y circula y allí es que comparten vivencias y creencias, tales como que no siempre vienen en búsqueda de materiales, y no porque no quisieran si no porque impera la idea de que son espacios donde se toman muchos requisitos o bien porque a veces se complica venir al centro o por diversas dificultades de salud les impide desplazarse.
El acto de leer, mirar los periódicos, nos lleva muchas veces por otros vericuetos donde la memoria juega con fechas, historias, datos, espacios de la ciudad, tiendas, lugares que hoy están modificados o directamente no existen más. Recuerdos de la revista D´Artagñan, El Gráfico, Patouruzú, aparecen como chispazos, se sorprenden de ver en las páginas del diario Córdoba tiras de humor gráfico que se pensaban de otro tiempo. Y, en ese juego, en ese encuentro cordial, cada quien recuerda y toma nota de la fecha en que nació para ver los sucesos de ese día.
Los periódicos que poseemos en nuestro acervo están también para esto. Para transitar ese diálogo ameno, donde los recuerdos emergen: la política, la economía, la moda, el espectáculo, el fútbol, son temas de conversación a la hora de compartir la experiencia personal de cada uno, de esas charlas con entrecruzamientos donde cada quien pone en común lo suyo. Pero no sólo para pensar el pasado y sus posibles nostalgias si no para adentrarnos en nuevos imaginarios que nos permitan leer el presente y reinterpretarnos.
«No nos tenían fe», ironizaba una de las asistentes. Lo decía con la sabiduría de quien mira con experiencia y porque hubo espacio y tiempo para encontrarse, encontrarnos y seguirnos sorprendiéndonos. Dándonos testimonios de sus vivencias, de sus simpatías, así con sus pasos tranquilos, los visitantes de Villa Los Llanos nos dieron su adiós y un hasta la próxima.
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Fotografías Carlos Cortez.