El ciclo de “Publicaciones político culturales en Argentina. Lecturas y significaciones”tuvo un brillante cierre en el Centro de Documentación del Cispren, con el tema como “Hacer una revista cultural en Córdoba después de los 90”.
El panel estuvo integrado por Sergio Schmucler (La Intemperie); Miguel Apontes (El avión Negro), Patricia Cóppola (Socio Odisea), Ernesto Ponsati (Proyección) y Ximena Cabral(Umbrales).
El ciclo fue organizado por la Secretaría de Cultura del gremio y la Cátedra de Movimientos Estéticos y Cultura Argentina de la ECI-UNC a cargo de la licenciada María Paulinelli y coordinado por el doctor Pablo Ponza.
La Intemperie dio que hablar
Sergio Schmucler fue el responsable de la revista “La Intemperie” en la primera parte de la década pasada y dejó una importante huella entre las publicaciones político-culturales de la época
* La Intemperie se publicó mensualmente entre 2003 y 2007. No salía en enero porque sentíamos que Córdoba se ´disolvía´ en enero por el calor y nosotros también. Pensándolo hoy me parece que la revista sirvió para instalar un espacio de reflexión y de debate en una ciudad como Córdoba que aparecía absolutamente diezmada en ese sentido. Yo no lo sabía muy bien porque acababa de volver de vivir en México, y sin embargo había mucha gente que andaba rondando y que me ´presionaban´ para que hiciera una revista político-cultural o algo parecido.
* Seguramente que por estar tanto tiempo afuera no participaba de las peleas ni de las disputas entre los grupos entonces funcioné como un articulador, ahora ya no podría hacerlo porque estoy prácticamente peleados con todo el mundo Córdoba. Yo tengo la sensación de que cuando uno se mete un poquito más a fondo en algo termina peleándose con la gente porque hay disputa y las disputas terminan en conflicto”.
* Entre el 2003 y el 2005 en Córdoba comenzaron a exacerbarse las disputas y nosotros empezamos a preguntar cosas y al final fue lo que le dio el nombre a la revista. Le pusimos ´La Intemperie´ porque decíamos que estábamos sin un paraguas político, que no había un pensamiento político que nos abarcara a los que veníamos de cierta crítica del pensamiento revolucionario y atravesando también una profunda autocrítica personal producto de nuestras vivencias”.
* No nos hacíamos la idea de participar de un agrupamiento político tipo trotskista ni vanguardista, sino que cuestionábamos una cantidad de cosas y me parece que ´La Intemperie´ cobijo a ese grupo de cordobeses que estaban desamparados. Y también esto responde porque se acabó la revista porque empezó a existir un paraguas que fue, por ejemplo, la experiencia de “La Calle Ancha”, que fueron foros de discusión semanales que la revista pensó hacia afuera como un foco de concentración del pensamiento. Eran semanales y un espacio de entrecruzamiento que a su vez nutría a la revista y hasta llegamos hacer un programa de radio: “El mundo se va a acabar”, por Radio Nacional.
* El Cispren tuvo mucho que ver en la publicación porque todos ustedes saben que no es fácil hacer una revista, y el gremio en ese sentido nos ayudó tanto económicamente como en la distribución con 500 ejemplares entre los periodistas en la provincia de Córdoba y en la revista el gremio tenía un dossier de cuatro páginas denominado “Umbrales en La Intemperie”. También nos relacionamos y recibimos apoyo de organizaciones sociales, lo cual significó una muy interesante experiencia porque nos llevó a otros ámbitos como el Inecip que dio nacimiento al centro Cultural “Compay Segundo”.
* La revista se potenció en todo sentido con el debate que se instaló a partir de la publicación de la carta “No matarás” de Oscar del Barco sobre la lucha armada en los ´70 porque llegamos a vender un mil por ciento más, no solo en Argentina, sino también en España, Italia y México. Estalló un debate que fue muy importante, según nuestro punto de vista, que aglutinó a la experiencia de la sociedad civil, pero después de ese ´boom´, paradójicamente nos quedamos sin sentido y consideramos que “La Intemperie” había cumplido un ciclo.
El Avión Negro, con vuelo propio
El director de la revista “El Avión Negro”, Miguel Apontes recordó que la publicación “se dio a partir de las influencias que algunos teníamos y que se remitían a experiencia de otras épocas donde se utilizaba la revista como órgano de difusión de las organizaciones”.
En ese sentido -prosiguió- se buscó, y nunca se ocultó, eso de tener una revista que aglutinara y que fuera una expresión de una organización, que en ese momento estábamos lanzando en el marco de la participación política muchos jóvenes que se sumaban, pero con bastante carencia sobre las lecturas que parecían que estaban saldadas o resueltas como los ´70, la dictadura, los Derechos Humanos y la recuperación de la democracia”.
* El primer número del Avión Negro, a manera de experiencia piloto, apareció en el 2008 a propósito del conflicto que se generó con las patronales del campo. El segundo se publicó en el 2009 en el marco de una muy fuerte derrota del proyecto que nosotros apoyábamos: el kirchnerismo, y ese quiebre, cuando se presagiaba el final de un ciclo, fue el momento en que la revista se terminó de gestar. A salir periódicamente lo hace desde el 2010, o sea que el mes pasado hemos cumplido, y para mi es increíble, cinco años lo cual por tratarse de Córdoba no es poco”.
* Los medios gráficos tienen una magia y un romanticismo muy especial y también se generan muchas tensiones por los problemas que se plantean para su financiamiento. El primer número comenzó con bajas porque hubo desacuerdos en la línea editorial porque como tenía una definición política clara nosotros buscamos poner en debate y revisar el peronismo, incluso lo que fue la lucha armada de los ´70 desde distintos lugares.
* Eso motivo un conflicto a poco de salir el primer número por una nota que escribió una compañera periodista Silvia Nadalin, que hacia crítica literaria, a propósito del fallecimiento hacia unos meses del escritor Tomás Eloy Martínez. Un hombre definido antiperonista, pero que paradójicamente su gran fuente de inspiración fue el peronismo con libros memorables. El comentario de su obra generó conflictos en el staff donde muchos compañeros eran bastante fundamentalistas respecto del peronismo y no admitían que esa nota se publicara, pero como yo había sido el principal impulsor de la nota y además era el director periodístico, la nota se publicó.
*Cada vez que sale la revista es como que nace un hijo que con el paso del tiempo va creciendo y cambiando y así pasó con “El avión negro” porque al principio le dimos una impronta retro que remitiera a las revistas de los ´70 y de hecho, la primera pareció una revista viejo, pero después fue cambiando el diseño porque siempre la renovación es necesaria.
Sociedad Odisea, una pelea entre David y Goliat
Patricia Cóppola dirigió la revista “Socio Odisea” que nació al impulso del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (Inecip) en el 2000, según recordó la abogada y ex secretaría de Cultura de la Universidad Nacional de Córdoba.
* En el 2000, el Instituto decide federalizar la tarea en lo referente a los códigos de procedimiento penal en todo el país y es ahí donde yo me hago cargo de Inecip en Córdoba y antes de la aparición de la revista “Socio Odisea” hicimos varios trabajos de investigación que pegaron fuerte entre los integrantes de la Justicia, entre los que me acuerdo decíamos que los jueces trabajaban seis horas por semana y eso los ponía de muy mal humor e inquisidores.
* La revista no fue otra cosa que poner en el papel y difundir el fervor de un trabajo con alcance nacional, pero que también realizaba en Córdoba un novel grupo de investigación que escribía sobre cuestiones de la justicia y de los jueces, y además, en ese momento publicábamos artículos de pesos pesados como Carmen Argibay, Eugenio Zaffaroni, Alberto Binder y Alberto Bovino, entre otros.
* Sociedad Odisea era de la misma época de la revista “La Intemperie”, cuando alquilábamos una oficina en la calle Ayacucho, y ahí nos mandamos el centro Cultural “Compay Segundo”, que fue un ´invento´ del compañero Sergio Schmucler, donde hicimos muchas cosas porque además se vivía una época de mucho fervor.
* Se llamó “Socio Odisea” porque era una gran asamblea y yo hice una primera editorial que tenía que ver con Ulises, la odisea misma de la sociedad con sus derrotas y sus triunfos en busca del hogar que en definitiva es lo que todos buscábamos. No teníamos financiamiento, pero hicimos once números y se consiguió el objetivo de que la revista llegara a los escritorios de los jueces cordobeses y de casi todo el país con temas que pegaran fuerte, por supuesto a lo David contra Goliat pero, por ejemplo, ahora celebramos la sanción del nuevo Código Penal, que precisamente fue producto de esa larga lucha de más de treinta años”.
* La revista terminó porque como pasó un poco con “La Intemperie” nos dispersamos porque demandaba mucho tiempo y trabajo hacerla y también pensábamos que había cumplido su ciclo. Pero ahora que lo pienso, estaría bueno que hubiera otra “Intemperie” u otra “Socio Odisea y que siga vigente la Umbrales, como publicaciones político-culturales”.
La vigencia de Umbrales
La directora periodística de Umbrales y secretaria de Cultura del Cispren, Ximena Cabral se refirió a la emblemática publicación de los trabajadores de la prensa y comunicación de Córdoba.
* Umbrales comenzó a publicarse en 1993, y con alguna discontinuidad, siguió saliendo y ahora se mantiene con una publicación semestral en un formato revista-libro que se imprime en la Universidad Nacional de río Cuarto. Empezó con la impronta que desde el diseño gráfico le imprimió el maestro Sarlanga y del talento su director periodístico Francisco “Pancho” Colombo, con una temática central, pero también haciéndose preguntas que le daban cierta temporalidad como, por ejemplo, la llegada del Siglo 21.
* ¿Qué era ese universo inmenso que se iba abrir cuando comenzará el nuevo siglo?; ¿qué había pasado con la historia?; ¿qué había pasado con nosotros los hombres; con las ciudades? y esas primeras preguntas motoras son las que después recorren cada una de las temáticas de las Umbrales. También hoy, cuando las crónicas de fin de siglo se transformaron en las crónicas de la utopía, buscamos respetar éstas cuestiones desde los diversos géneros periodísticos que nos abren a diferentes perspectivas.
* Umbrales empieza con un poema. Las ilustraciones y las imágenes no son un tema menor en la revista porque muchas ocupan más de tres cuartos de página, como así también se respeta una línea editorial a la hora de pensarla para definir qué temas y que géneros vamos a trabajar. Esto lo hacemos sin tener en cuenta la agenda de los grandes medios, sino construyendo nuestra propia agenda.
* En ese sentido desde que estoy a cargo de la dirección de Umbrales hemos tratado de mantener un fuerte diseño de tapa e ideas motoras con temas que en su momento los medios tradicionales no tenían en cuenta -como el juicio de a fumigaciones en barrio Ituzaingó Anexo, que fue una de las temáticas que también años antes trabajamos en ´La Intemperie´ en uno de los primeros dossier de salud y ambiente, o la problemática de los carreros, que muchos medios recién parece descubrirla como nueva.
* Para la secretaría de Cultura del Cispren fue un lujo organizar estas jornadas porque vimos como ciertos puentes de la comunicación se fueron entrecruzando entre las publicaciones. En este caso, la revista Proyección en 2002 hablaba de crear una agencia de noticias propia para trabajar otro tipo de comunicación, otro tipo de periodismo para que se diera voz a los que no tenían voz.
“En ese momento fue algo novedoso, como lo fueron también la aparición de “La Intemperie” o de “Socio Odisea” entre otras tantas publicaciones; más aún cuando creíamos que el 20 y 21 de diciembre de 2001 no era solo la hecatombe, sino parte de un proceso de desguace previo, y que en paralelo se fueron creando nuevas formas organizativas que daban lugar a la imaginación política y a repensar los temas que vimos urgentes.
El gran aporte de Proyección
Ernesto “el Tío” Ponsati tuvo a su cargo la dirección la revista Proyección del Cispren a fines de los ´90 y principios del 2000 y también dio su punto de vista sobre la publicación de contenido político-gremial.
La Proyección fue una revista que tenía por objeto plantear las reivindicaciones de los Trabajadores de Prensa y la Comunicación de Córdoba , como así también una trinchera de lucha político-sindical. Roberto Arlt lo hizo en su tiempo y Rodolfo Walsh lo concretó con más énfasis en el diario de la CGT de los Argentinos, que si era una publicación político-cultural, a diferencia de Proyección, que fue más política que de Cultura.
“Más de cultura es Umbrales, en la que colaboré muchas veces, pero no me consideró un hombre de la cultura, sino más bien que soy un tipo “leido” aunque pensándolo bien hacer política también es hacer cultura, me parece”, opinó “el Tío”.
Ximena Cabral aportó su pensamiento sobre la revista al opinar que “en Proyección se dio esto de erosionar lo que era la “Teoría de los dos demonios” y lo comprobé en marzo pasado porque cuando estábamos preparando la jornada de “Periodistas que leen a Periodistas” releí los primeros números de Proyecciones y es increíble como desde un órgano de prensa y difusión del sindicato comenzaba a articularse otro discurso que en los `90 no era el discurso que estaba”.
“Encontré artículos excelentes de apertura del discurso con respecto a la política de los Derechos Humanos y creo también que hubo algo muy interesante en esto de ir registrando lo que implicaba la democratización de la comunicación que también en las páginas de Proyección, de una manera u otra, se fueron trabajando, por eso pienso que la revista también, a su manera, fue una publicación político-cultural”, finalizó.
Baronetto y el papel del Cispren
Luego de la exposición de los panelistas hubo un intercambio de opiniones, entre las que se destacó la del ex Director de Derechos Humanos de la municipalidad de Córdoba y ex preso político Luis Baronetto
“Es importante que los gremios no se cierren en sí mismos” y valoró la actividad como una acción de apertura y diálogo entre los diferentes experiencias editoriales y de reflexión político-cultural que trascienden las urgencias diarias con las que tiene que confrontar un gremio, hoy la disputa paritaria.
También reflexionó sobre la relevancia de la experiencia valiente de la CTA al incorporar la“afiliación directa” y como el Cispren fue avanzando en ese sentido para articular a los trabajadores de la prensa y la comunicación y destacó el apoyo del gremio cuando fue querellado, por calumnias e injurias, a principios del 2000 por el gobernador José Manuel de la Sota.
Fotografías Carlos Cortez.-