«Hache” es Hugo de la Barrera (42 años), quien recientemente publicó su libro de humor gráfico “Antares”, que es una constelación de Escorpio, un planeta ideal que, para el autor,  quizá pueda ser el nuestro en un futuro. El humor en viñetas sueltas y otras que cuentan la historia de un mundo, con códigos muy diferentes al nuestro.

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Por Myriam Mohaded

/…/ y una gran voz extraterrestre me dará la fuerza antigua y dolorosa de la fé, para volver, para creer, para luchar. Tendré un clavel de otro planeta en el iojal, porque si nadie ha renacido, yo podré. Mi buenos Aires, siglo treinta, ya verás, renaceré, renaceré, renaceré. ( Preludio para año 3301) Piazolla- Ferrer.  Así abre en medio de una constelación de estrellas, Antares. El libro contiene dos propuestas, una que incluye viñetas que engloban material de humor y otras que narran la vida en With City, un planeta ubicado a mil años luz de la Tierra que hace un llamado a la condición humana.

Hache nació en Río Cuarto y vive actualmente en Córdoba. Estudió dibujo publicitario en la Escuela de Artes Aplicada, Lino Enea Spilimbergo, una carrera que ya con esa denominación no existe, pero se inclinó por el dibujo, algo  que le gustaba hacer desde niño. Con el tiempo, empezó a mostrar sus dibujos en los bares, uno de ellos era en el antológico bar under El Cuervo y luego en exposiciones en el ámbito universitario.

–          ¿Qué propone Antares?

–          Es una recopilación de todos los dibujos de humor gráfico que hice en estos últimos cinco años. El libro es muy espacial, hay mucho del universo de With City. Antares es una estrella gigante, que tiene algo que ver con nuestro planeta, y su nombre es porque quería buscarle como si fuera el de un disco, que tuviera que ver con el todo.

–          ¿Cómo fue su producción?

–          En un momento comencé a definir un tamaño de hoja y a hacer chistes sueltos, aunque me había encasillado en un solo cuadro, un solo globo, pero cuando supe que no iba a publicar lo tomé como una obra personal donde me di cuenta de que las ideas necesitaban más tiempo. Entonces comencé a darle más letra a los dibujos. Allí  empieza a nacer ese mundo, With City, que es un lugar ideal, donde todos los conflictos que denunciamos en este mundo se superaron. Lo que plantea el libro  son todos personajes como nosotros, hermanados, pero ellos resolvieron sus problemas más rápido y viviendo en lo que creo puede llegar a ser nuestro futuro.

–          Muchos de los humoristas gráficos trabajan sobre temas de la realidad. ¿Qué te nutre o inspira para trabajar cuando la dinámica no es mediática?

–          A las ideas las voy dejando madurar. Por ejemplo, cuando era más jovencito tenía que hacer un chiste y se me ocurría una idea de lo que tenía que dibujar y me ponía con que tenía que hacerlo. Eso me desgastaba mucho. Es importante vivir,  charlar con la gente, y, muchas veces, de esa charla queda algo para profundizar y allí comienzan a aparecer las ideas. En general me gusta más dibujar por las noches porque es más tranquilo.

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Antares tuvo su historia también  para ser publicado porque el material se había llevado a Ediciones Llantodemudo, antes que su mentor, Diego Cortés falleciera. “La cosa quedó un poco en el aire, y lo tuve que retomar como proyecto para poder instalarlo. Actualmente estoy sin editorial, y eso es un tema sobre todo cuando te lo piden desde afuera, por los gastos extras que significa mandarlo”.

–          ¿Qué pasa con el dibujo y las redes sociales?

– Después de la presentación del libro, por suerte, hubo muchos nuevos contactos, la página creció y  me unió con algunos simpatizantes. El Facebook me ha dado mucho pero a mí me gusta publicar en papel. Algunos de los comentarios me decían que redescubrieron algunos rasgos, o que ahora comprendían mejor el concepto, porque las redes tienen esa velocidad que no es la ideal para estas cosas.

– Hay dibujos que tienen un fuerte trabajo y otros de trazos más sencillos…

– Es evolucionar en el tema de la trama. Antes dibujaba y me quedaba vacío pero  después le ponía tanto a la trama que el dibujo se me iba al gris. Primero lo hacía con  el plumín y la tinta china pero  se hacía más engorroso. Después usé rotring y ahora la microfibra con la que me siento más cómodo.

– ¿Cómo ves el humor gráfico en Córdoba?

– Por suerte hay bastante, aunque me gustaría que hubiera más. Según lo que veo, lo que se complica es publicar.  Son tiempos donde también es cierto que muchas veces se hace un dibujo, pero a los quince días no sirve más. Hay algo del humor gráfico actual en que va por ese camino de la complacencia, del querer agradar, en este sentido creo que uno tiene que ser sincero con uno mismo, o ver el modo de cómo hacer para que no te lleven al agravio. También sucede que, a veces, es necesario ponerle más ideas,  por ejemplo quiero ilustrar un mundo sin policías… y eso hay que trabajarlo para que se logre con sustento lo que se quiere transmitir.

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 Fotografías: Silvana Santillán Aleon

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