La poeta argentina Laura Yasan, murió a los 60 años. Coordinó talleres de escritura en distintas unidades penitenciarias, institutos de menores, hogares de ancianos, bibliotecas municipales y en forma privada. Obtuvo el premio Casa de las Américas. Concebía a la poesía que, para ser buena, debia provocar, remover, maldecir.

Yasan concebía el poema como “un acto de valentía” y creía que esa fuerza reside “en el coraje de atreverse a decir; que la poesía es un arma y que para ser buena debe ser belicosa, debe provocar, remover, maldecir”.La encontró muerta su hija, el domingo. Se habría suicidado.

La poesía del tango se da la mano con las letras del Indio Solari. Ella encontraba ahí una continuidad. “El Indio siempre habla de seres marginales, de estar re quemado, eso va muy al hueso de las personas.

Desde lo marginal, desde lo no convencional, no habla del hombre común, habla de los márgenes, de los bordes -decía en una entrevista con Miguel Martínez Naón para la Agencia Paco Urondo-. Es lo que me interesa, y prácticamente el eje de mi poética. Lo que está por caerse del cuadro”.

La “rumana”, le decían sus amigos, se despertó la mañana del primero de febrero de 2008 y atendió un llamado de un periodista de Prensa Latina que la quería entrevistar. “¿Yo recibí el premio?”, le preguntó a su interlocutor cubano, sorprendida y emocionada porque su libro de poemas La llave Marilyn había ganado el premio Casa de las Américas por tratarse de “una metáfora de la soledad en la ciudad moderna, con un tratamiento original en el que destaca un lenguaje despojado e irónico, entre la imagen y el habla cotidiana”.

Yasan reconocía la influencia de Alejandra Pizarnik, Olga Orozco, Juan Gelman y Jorge Boccanera, autores que dejaron marcas más o menos perceptibles en su obra, en libros como “Doble de alma”  (1995), “Cambiar las armas” (1997), “Loba negra” (1999), con el que obtuvo el premio Único de Poesía Educa en Costa Rica; “Cotillón para desesperados” (2001), “Tracción a sangre” (2004), “Ripio” (2007), “Animal de presa” (2011), Premio Carmen Conde de Poesía; “Pequeñas criaturas de lo incesante” (2015), la antología “Palabras no” (2016), “Ganado en su ley” (2017), “Principio de incertidumbre” (2018) y “Madre Siberia” (2020), entre otros.

“La poesía está siempre en ebullición, no puede ser de otra forma porque es transgresión de la gramática, del lenguaje. La poesía está para que el poeta violente todos los códigos y las convenciones”, dijo Yasan en una entrevista con Página/12.

“Busco mi herencia de huérfana legítima/ en las aguas del báltico/ en el brillo de los samovares/ los colores del aire en la estepa/ sé quién soy/ rusia en un camarote de tercera/ un pivot entre el hambre de ayer/ y el idioma extranjero de mañana/ sé quién soy/ el mismo hitler me trajo a esta tierra/ desde antes de nacer escapo de los progroms/ sigo ubicándome cerca de las puertas/ soy europea del este clavada en el atlántico/ polka tango mate vodka/ trostky evita gelman maiakovsky/ una estrella amarilla en el brazo derecho/ una roja en la frente/ sé quién soy/ lo escribí en las paredes de esta casa/ que construí con mi costilla/ para nunca olvidar”, se lee en el poema “Madre Siberia”.

Pequeñas criaturas de lo incesante

Selección de la autora

la música sin cartas

perdí el color en lo incesante

ese perro entrenado para morder

los talones del tiempo sin lastimarlo

perdí la humanidad

me jugué hasta la música sin cartas

tragué sin masticar flechas perdidas

nació una rosa negra y la dejé

morir como a las otras

pequeñas criaturas de lo incesante

lobas en cautiverio

yo misma me perdí en la sinrazón

me aturdía ese piano desafinado

en la raíz de la neuralgia

esa descarga repetida

que llora día y noche

como un hijo del mundo

que nadie atiende

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el guardián de las horas

en la espera hay un hombre que no deja pasar

el filo de los años

y arrastra los zapatos por la estación desierta

como si un tren lo amenazara desde otro mundo

escribe de rodillas

cartas para una novia desconocida

inventa barcos en la bruma

mapas de ninguna ciudad

junta semillas en un frasco

para salvar las horas de la melancolía

y otras maneras que la lluvia

sabe adquirir

es un trabajo duro ser el guardián del tiempo

llora en las vísperas de todo acontecer

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la boca del árbol

no se puede besar un árbol en la boca

hay que tomarlo

entre los brazos

pegar el pecho a su corteza

y lamerlo lamerlo

hasta sangrar hasta sentir que el árbol

te roza el corazón con su llamado

va a contarte el secreto

a devolverte el beso

con quietud con leve indiferencia

él sabe que te vas

que es imposible

la vida con un árbol

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la última moneda

así como el amor elige a los más débiles

para arrojar sus desperdicios

los mendigos eligen

esas bocas

para besar

nada es tan puro

el hambre de la muerte

tiene una dentadura gigantesca

y sólo encuentra insectos en la oscuridad

pequeñas criaturas que arrojaron

la última moneda sin usar

nada es tan blando

debajo de la almohada

crece un nido de alambres

y el féretro del mundo

no deja de gritar que se tu hora se acerca

nada es seguro

cada vez que acaricio la tersura

de la verdad

mis dedos sangran

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san perro callejero

no me dejes caer a rubia teñida

ni me condenes a integrar eternamente

el coro menopáusico de esta mujer

no me arrojes con las muñecas rotas

en el túnel de la gorda aburrida

te prometo huesitos san perro callejero

no me dejes caer

por su casa

ese país en toque de queda

donde tengo pedida la captura

y un número tallado en el corral

no me dejes caer a virgencita de repisa

ni a señora entendida en el arte

de negar los colores de su edad

no me dejes caer san perro de la calle

en los brazos de un hombre con corbata

prefiero ser la amante del carnicero

viajar toda la vida en transporte público

te prometo los cortes más tiernos

la carne más jugosa

no me dejés caer

seré tu perra

amen

Fuentes: Página 12 y Bajo Palabras Noticia.

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