El filósofo y ensayista italiano Gino Roncaglia, autor del libro «La cuarta revolución: seis lecciones sobre el futuro del libro”, se explayó sobre como las nuevas formas de textualidad se proponen como alternativas a la estructura lineal que clásicamente las caracteriza poniendo en crisis hábitos arraigados al mercado editorial que reclaman nuevas competencias.
Por Silvana Zanelli y Myriam Mohaded
En el marco de la conferencia «Realidad aumentada vs. Lectura aumentada” que se realizó en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la U.N.C., con la presencia de la decana, Mgter. Mariela Parisi y docentes de la casa de estudios, Roncaglia afirma que la definición de libro abarca muchos significados posibles, y el libro electrónico se encuentra análogo a esta polisemia. Dice el autor: “Si consideramos el pasaje desde la oralidad a la escritura como la primera y fundamental revolución en la historia de los soportes y de las formas de transmisión del conocimiento, el pasaje del volumen al codex, desde la forma- rollo a la forma-libro, como una segunda etapa esencial de este recorrido, y la revolución gutenberguiana como su tercer momento, se trata de la cuarta revolución en el mundo de la intertextualidad. Pero una revolución en cuyo interior no es posible orientarse fácilmente. ¿Hacia dónde va el libro? Esta verdaderamente amenazado? ¿Las nuevas tecnologías representan una amenaza a la cultura del libro un peligro o una oportunidad (o ambas cosas) ¿De qué competencias tendemos o tendremos necesidad para poder continuar escribiendo, publicando y sobre todo leyendo?”
– Usted es muy esperanzador con este tema, pero quizás los demás lo vivan como oscura a esta situación, ¿cree que estamos en una crisis entre el mundo digital y el papel? ¿Cómo fue el paso del relato oral al escrito?
La principal innovación de lo digital respecto del papel es una mayor fragmentación de los contenidos. El correo electrónico, los sitios web, el whatsapp, los posteos en Facebook son muchos contenidos breves y fragmentados. El gran desafío de lo digital es superar esta fragmentación. La tradición del libro, de su complejidad y de su estructuración debe ser recuperada. Por eso creo que a quien le interesa la cultura del libro tradicional, le va a interesar más la presencia de la forma libro en el mundo digital porque en este momento se juega una complejidad de elaborar información en un movimiento horizontal. Es una generación para la cual la cultura del libro y del libro electrónico puede ser importante en un ecosistema digital, porque el libro es objeto de complejidad.
– ¿Sólo tendrán futuro los bibliotecólogos digitales?
Yo creo que habrá un futuro importante para todas las profesiones de la mediación informativa. Especialmente si hablamos de lo digital como instrumento de desintermediación y superación de la mediación. Lo digital es un instrumento de difusión de contenido, pero este contenido no siempre requiere mediación informativa. Mi impresión es que lo digital no es un instrumento de completa desintermediación, sino una nueva forma de mediación, porque la figura de mediador informativo, sea periodista, bibliotecario, docente es muy importante en el contexto digital.
– ¿Cómo visualiza los procesos de intertextualidad con los educativos?
La educación es muy importante porque el objetivo es disminuir la desigualdad. Y desde este punto de vista y programa de la educación, hay que ver un objetivo general y común. Otro aspecto es el de fuerte personalización del contenido, con la capacidad de responder a diversos intereses, a la capacidad diversa de las personas. La impresión es que el aspecto importante de lo digital es ayudar al aspecto de personalización, de seleccionar contenido adaptado a diversas situaciones y que no se disperse demasiado en una excesiva fragmentación. El hecho de que exista contenido personalizado, no puede hacer una cosa tan diversa de la otra al punto tal que no pueda ser compartida. Hay que buscar equilibrio entre la personalización de contenido y el programa uniforme común. El otro aspecto muy importante de la educación es la capacidad nueva de crear contenido educativo, de aprendizaje, de usar videos, sonidos. La reflexión sobre el contenido que usan, la integración de código comunicativo diverso es una reflexión en gran parte que me preocupa.
¿Para quién es más preocupante la desaparición del libro en formato papel: para los autores, editores, lectores?
Mi idea general es que pensemos primero la evolución de la escritura, en cómo el instrumento cambió la forma de escribir. Eran debates de Calvino, Primo Levi que hoy están olvidados. La escritura digital, el uso de la computadora sustituyó a la máquina de escribir, porque es capaz de hacer exactamente lo mismo y más. Respecto a la máquina de escribir, la computadora es una tecnología sustitutiva.
En cambio, en la lectura no es así, puesto que en tanto tengamos familias de dispositivos de lectura que son diversas, basadas en lo electrónico, como tablets, smarthpones, la suma de ellas no sustituye al libro en papel. Además, lo electrónico es más incómodo para hacer anotaciones, por ejemplo.
Hoy lo digital no es sustitutivo respecto al papel, es más integrativo. Yo veo una explosión de una tecnología completamente nueva con el teléfono, con internet, que no debe confrontarse con lo otro, es una tecnología que se impone. El e-book no es ni sustitutivo ni explosivo, es completamente nuevo. En el mercado de Estados Unidos ocupa entre el 25 y el 28 por ciento del mercado, ha crecido ràpidamente para llegar al 25 y luego se ha estabilizado. Hoy hay un equilibrio estable. En largo plazo sí será sustituido pero ahora no lo es.
– Pensando en el futuro de libro digital, ¿qué garantías hay como soporte tecnológico para su conservación?
La primera observación es que el libro impreso es un objeto tecnológico, un instrumento de conservación del conocimiento. Si pensamos a la revolución gutemberiana desde el punto de vista de la conservación, ha sustituido desde el punto de vista del soporte una materia prima de peor calidad, el manuscrito, el pergamino, pero la estampa tipográfica produce muchas copias y facilita la conservación. Lo digital es el paso ulterior de este camino, aumenta la redundancia, el refresh de soporte, del formato que es un mecanismo de conservación, lo digital tiene mucha custodia. Puede ser un instrumento de conservación. Ahora sí, la conservación digital requiere de políticas específicas para que la información sea conservada, porque supongamos que se produce una catástrofe en un centro de datos, ¿qué hacemos? El mundo del libro y de las bibliotecas deben tener protocolos comunes para garantizar la conservación que involucre la colaboración entre distintos actores.
– ¿Cómo es la situación de los diarios en Italia en cuanto a lo digital y lo impreso?
La situación cotidiana del diario es particular porque es el principal sector en que lo digital se ha presentado como sustitutivo. Ahora la noticia tiene una vida breve, el diario de hoy no sirve mañana. Lo digital como capacidad de aggionarmiento de la información sustituyó la lectura de diario. Antes al inicio del trabajo se leía el diario, uno andaba de viaje y buscaba una copia del diario. Hoy abrimos sitios de noticias online de todos los diarios, que es un aspecto particular de la verticalidad de la información escrita. El lector menos competente se conforma con una serie de noticias breves y videos que son pobres desde el punto de vista de la información. En esto creo y tengo la impresión de que la tradición del periodismo, su misión, no es sólo brindar información sino mejorar la calidad de cómo se la ve, se la muestra.
Fotografías: Gentileza de la Facultad de Ciencias de la Comunicación.