Transcurridas las  diversas etapas del aislamiento social preventivo a raíz del Covid- 19,  en los diferentes espacios, ya sea bibliotecas o centros de documentación,  que albergan colecciones para prestar a sus usuarios se interpelan cómo será el regreso. Seguimos compartiendo una serie de artículos con diferentes temáticas en torno a los cuidados de prevención en las bibliotecas, para informarnos,  revisar las diferentes medidas que se toman en otros países,   y tomar las precauciones necesarias en nuestro trabajo.

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¿Como será la reapertura de las bibliotecas después de la pandemia? ¿Que pasará con el manejo de materiales? En distintos países, hay diferentes opiniones. Veamos, las más destacadas que están circulando en este momento.

Un tema clave para muchos en el sector bibliotecario ha sido el riesgo de infección por contacto con material contaminado con Coronavirus. Obviamente, nuestro conocimiento sobre los aspectos relacionados con la forma de propagación del virus se encuentra aún en una etapa inicial, de modo que no es posible ofrecer pautas definitivas más allá de las recomendaciones generales de mantener limpias las manos y evitar tocarse la cara. Por ejemplo, el organismo responsable de la salud pública de Inglaterra sugirió que el riesgo de manipular cartón es insignificante luego de transcurridas 24 horas  para el cartón y 72 horas  en el caso del plástico.

 El Instituto de Museos y Servicios Bibliotecarios de Estados Unidos se hizo eco de esto, sugiriendo que el riesgo del papel era bajo, en tanto que los servicios que implican el contacto regular con superficies duras representan un mayor riesgo.

En otros países, como por ejemplo, la expresión emanada del Ministerio de Cultura de Italia, sugiere un plazo más prolongado, y propone que los espacios para consultar las obras puedan limpiarse fácilmente.

Por su parte, el gobierno de Holanda sugirió que la posibilidad de contagiarse del virus en superficies de papel, como, por ejemplo, una carta, es baja. Lo que sí parece ser más probable es que otras superficies – como picaportes, teclados, mouse de computadoras, juguetes, CD y DVD, o cascos de realidad virtual – podrían contener el virus, de modo que se los debería limpiar con regularidad o sacar de circulación.

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 ¿Qué sucede con los libros?

Sin embargo, cuando existe la posibilidad de que un libro o algún otro elemento haya estado en contacto cercano con alguna persona enferma, sería apropiado esperar o aplicar técnicas de limpieza seguras.

A la luz de esta realidad, sabemos que algunas bibliotecas impusieron un plazo de espera previo antes de manipular los libros devueltos, mientras que otras informaron que no esperan la devolución de los libros hasta que la situación se normalice.

Algunas pautas sugieren  normas claras de devolución de los libros potencialmente contaminados, a través de buzones destinados a este fin, de mostradores especiales, o hasta de canastos dispuestos en la biblioteca solamente para material de consulta.

Una vez reunido el material, resulta claro que la necesidad de almacenar los libros puede causar problemas de logística, en especial para las instituciones más pequeñas. Las pautas que implementan, por ejemplo, en algunos espacios de Francia sugieren que si no es posible encontrar una sala especial, se deberían emplear espacios específicos de la biblioteca y mantenerlos cerrados al público, o almacenarlos fuera del edificio. También sugieren que deberían profundizarse los esfuerzos para limitar el número de personal que trabaja con esos materiales, y  brindar el equipamiento protector adecuado.

En España están trabajando sobre un protocolo que contempla distintas fases de escalada por ejemplo. La fase uno,  es en la que entrará España y prevé la reapertura de bibliotecas públicas y museos. Según establece el BOE (Boletín Oficial de Estado) en sus capítulos VIII y IX, las instalaciones deben reducir la circulación de público a un tercio de personas e instalar mamparas o medidas de separación similares para evitar el contacto de los empleados con el público, como norma general. También se dispondrán geles hidroalcohólicas en accesos y taquillas a disposición del público, así como la prohibición de actividades culturales o lúdicas grupales.

Fuentes de información: – IFLA (Federación Internacional de Bibliotecarios y Bibliotecas) y Biblioteca Nacional de España.

* Producción:  Cristina Fuentes. Bibliotecaria del Centro de Documentación «Juan C. Garat»

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