Cada 13 de junio se celebra en nuestro país el Día del Escritor y la Escritora, en conmemoración del nacimiento de Leopoldo Antonio Lugones Argüello, quien fundó en 1928 la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), una asociación civil que nuclea a los escritores del país con el fin de velar por sus intereses, el derecho de autor e incentivar la producción literaria nacional.

Por Redacción*

Es una jornada que nos invita a detenernos y reflexionar sobre el poder transformador de las palabras y sobre aquellos que las cultivan con pasión y maestría. Este día nos recuerda el papel fundamental de los escritores en la sociedad, su capacidad para moldear el pensamiento, tejer narrativas que perduran en el tiempo y preservar la esencia misma de nuestra cultura.

Los escritores no son meros contadores de historias, sino artífices de mundos, exploradores intrépidos de las complejidades humanas y sociales. Se erigen como testigos y cronistas de su época, plasmando en sus obras las inquietudes, los sueños y los conflictos que nos atan como sociedad. A través de sus palabras, nos regalan perspectivas únicas que amplían nuestros horizontes, generando empatía, comprensión y, a veces, incitando a la acción.

Argentina, es un país que ha sido la cuna de innumerables talentos literarios cuyas creaciones han trascendido fronteras, enriqueciendo la cultura local, regional y global. Desde los maestros del realismo mágico hasta los aguerridos poetas del siglo XXI, la diversidad de estilos y géneros convive en armonía, unidos por el fervor compartido hacia el arte de la palabra.

Esta fecha no debe confundirse con el Día Internacional de los Escritores, que es el 3 de marzo, instaurado desde 1986 por iniciativa del Congreso Internacional de PEN Club, que es la asociación internacional de escritores fundada en Londres.

Los escritores no solo nos entretienen, sino que también nos educan, nos inspiran y nos desafían a repensar el mundo que habitamos. Son arquitectos de identidades colectivas, tejedores de los hilos que conforman nuestra historia y nuestro destino como sociedad. En este día, celebramos su arte y renovamos nuestro compromiso de valorar y difundir su legado.

¿Quién fue Leopoldo Lugones?

Leopoldo Lugones era narrador, poeta, periodista, historiador, bibliotecario, pedagogo, docente, traductor, biógrafo, filólogo, teósofo, diplomático y político. Pero lo más recordado de su obra, es la habilidad con la pluma y su manera de escribir adelantada a su época.

Nacido el 13 de junio de 1874 en Villa María del Río Seco, Córdoba, la vida y obra de Lugones es considerada esencial para la promoción de la escritura en el país, que impulsó también el modernismo argentino. Fue autor de obras como «La guerra gaucha», «Lunario sentimental» y «El payador». Lugones sintió afinidad por la lectura desde temprano y en 1895 se mudó a Buenos Aires, donde trabajó como periodista en el diario El Tiempo.

Luego dirigió la Biblioteca Nacional de Maestros y fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura en 1926 por su trabajo en obras como “Las montañas del oro”, “Los crepúsculos del jardín” y “Odas seculares”.

El 8 de noviembre de 1928 participó de la junta ejecutiva de la primera Feria Nacional del Libro, llevada a cabo en el Teatro Cervantes. Aquel evento no solo fue un encuentro de mentes creativas, sino el germen de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), una organización que aún hoy une a los literatos del país.

Tras su partida en 1938, la SADE honró su memoria al declarar el 13 de junio como el Día del Escritor, un tributo merecido para uno de sus fundadores más eminentes. Lugones, el padre del modernismo argentino, dejó un legado que trasciende épocas y movimientos literarios. Su poesía inauguró toda una renovación en la lengua castellana referida a este género separándola del español heredado y generando un idioma más propio y auténtico.

*www.centrodocumentacion.com.ar

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